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Éxodo 32:3-15 Dios Habla Hoy con Deuterocanónicos Versión Española (DHHED)

3. Todos se quitaron los aretes de oro que llevaban en las orejas y se los llevaron a Aarón,

4. que los recibió, fundió el oro y lo trabajó a cincel hasta darle la forma de un becerro. Entonces todos dijeron:–¡Israel, este es tu dios que te sacó de Egipto!

5. Cuando Aarón vio esto, construyó un altar ante el becerro, y luego gritó:–¡Mañana haremos fiesta en honor del Señor!

6. Al día siguiente por la mañana se levantaron y ofrecieron holocaustos y sacrificios de reconciliación. Después el pueblo se sentó a comer y beber, y luego se levantaron a divertirse.

7. Entonces el Señor dijo a Moisés:–Anda, baja, porque tu pueblo, el que sacaste de Egipto, se ha echado a perder.

8. Muy pronto se han apartado del camino que yo les ordené seguir. Se han hecho un becerro de oro fundido, y lo están adorando, le presentan ofrendas y dicen: ‘¡Israel, este es tu dios que te sacó de Egipto!’

9. Además, el Señor dijo a Moisés:–Me he fijado en esta gente y me he dado cuenta de que son muy tercos.

10. ¡Ahora déjame en paz, que estoy ardiendo de ira y voy a acabar con ellos! Pero de ti haré una gran nación.

11. Moisés, sin embargo, trató de calmar al Señor su Dios con estas palabras:–Señor, ¿por qué va a arder tu furor contra tu pueblo, el que tú mismo sacaste de Egipto con gran despliegue de poder?

12. ¿Cómo vas a dejar que digan los egipcios: ‘Dios los sacó con la mala intención de matarlos en las montañas, para borrarlos de la superficie de la tierra’? Deja ya de arder en ira; renuncia a la idea de hacer daño a tu pueblo.

13. Acuérdate de tus siervos Abraham, Isaac e Israel, a quienes juraste por ti mismo y les dijiste: ‘Haré que vuestros descendientes sean tan numerosos como las estrellas del cielo, y toda esta tierra que os he prometido se la daré a ellos como su herencia para siempre.’

14. El Señor renunció a la idea que había manifestado de hacer daño a su pueblo.

15. Entonces Moisés se dispuso a bajar del monte trayendo en sus manos las dos tablas de la ley, que estaban escritas por ambos lados.

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