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2 Samuel 5:7-23 Dios Habla Hoy con Deuterocanónicos Versión Española (DHHED)

7. Sin embargo, David capturó la fortaleza de Sión, ahora conocida como la Ciudad de David.

8. David había dicho en aquella ocasión: “Todo el que ataque a los jebuseos, que entre por el canal del agua y mate a los ciegos y a los cojos, a los cuales aborrezco con toda mi alma.” De allí viene el dicho: “Ni los ciegos ni los cojos pueden entrar en el templo del Señor.”

9. Después se instaló David en la fortaleza y la llamó Ciudad de David, y construyó murallas a su alrededor, desde el terraplén hasta el palacio.

10. El poder de David iba en aumento, y el Señor, el Dios todopoderoso, estaba con él.

11. Por eso Hiram, rey de Tiro, envió sus embajadores a David, además de carpinteros y canteros, los cuales llevaron madera de cedro y construyeron el palacio de David.

12. Entonces David comprendió que el Señor le había confirmado como rey de Israel y que había hecho prosperar su reinado en atención a su pueblo Israel.

13. Después de haberse trasladado de Hebrón a Jerusalén, David tomó más esposas y concubinas, las cuales le dieron más hijos e hijas.

14. Los hijos que le nacieron en Jerusalén se llamaban: Samúa, Sobab, Natán, Salomón,

15. Ibhar, Elisúa, Néfeg, Jafía,

16. Elisamá, Eliadá y Elifélet.

17. Cuando los filisteos se enteraron de que David había sido consagrado rey de Israel, se lanzaron todos en busca suya; pero David lo supo y se retiró a la fortaleza.

18. Entonces los filisteos avanzaron y ocuparon el valle de Refaim.

19. Por esto, David consultó al Señor, preguntándole:–¿Puedo atacar a los filisteos? ¿Me darás la victoria sobre ellos?El Señor le respondió:–Sí, atácalos, porque te daré la victoria sobre ellos.

20. David llegó a Baal-perasim, y allí los venció. Por eso dijo: “Como un torrente de agua, el Señor me ha abierto paso entre mis enemigos.” Y llamó a aquel lugar Baal-perasim.

21. Además, los filisteos dejaron abandonados sus ídolos, y David y sus hombres los recogieron.

22. Pero los filisteos volvieron a ocupar el valle de Refaim,

23. así que David consultó al Señor, y el Señor le contestó:–No los ataques de frente, sino rodéalos y atácalos por la retaguardia cuando llegues a las moreras.

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