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2 Samuel 20:9-22 Dios Habla Hoy con Deuterocanónicos Versión Española (DHHED)

9. Y mientras Joab cogía a Amasá por la barba con la mano derecha, para besarle, le preguntó:–¿Te ha ido bien, hermano?

10. Amasá no prestó atención a la espada que Joab llevaba en la mano. De pronto, Joab le hirió con ella en el vientre, y todas sus entrañas se derramaron por el suelo. Murió sin que Joab tuviera que rematarlo. Luego Joab y su hermano Abisai siguieron persiguiendo a Sebá, hijo de Bicrí.

11. Entonces uno de los soldados de Joab se puso al lado del cuerpo de Amasá, y dijo:–¡El que esté a favor de Joab y de David, que siga a Joab!

12. Pero Amasá seguía en medio del camino, revolcándose en su sangre; y viendo aquel soldado que toda la gente se detenía, hizo a Amasá a un lado del camino y lo tapó con una capa, pues se dio cuenta de que todos los que llegaban se quedaban parados junto a él.

13. Después de apartarlo del camino, pasaron todos los que andaban con Joab en persecución de Sebá.

14. Sebá pasó por todas las tribus de Israel hasta Abel-bet-maacá, y todos los descendientes de Bicrí se reunieron y entraron tras él en la ciudad.

15. Cuando los hombres de Joab llegaron a Abel-bet-maacá, construyeron una rampa sobre la muralla exterior, para atacar la ciudad, y luego entre todos trataron de derribar la muralla.

16. De pronto, una mujer muy astuta gritó desde la muralla de la ciudad:–¡Escuchadme! ¡Escuchadme, por favor! ¡Decid de mi parte a Joab que se acerque, porque quiero hablar con él!

17. Cuando Joab se acercó, la mujer le preguntó:–¿Tú eres Joab?–Yo soy Joab –respondió él.Ella dijo:–Escucha las palabras de esta sierva tuya.–Te escucho –contestó él.

18. Entonces ella comenzó a decir:–Antiguamente decían: ‘Quien quiera saber algo, que pregunte en Abel.’ Y así se solucionaba el asunto.

19. Nuestra ciudad es una de las más pacíficas y fieles de Israel, ¡una de la más importantes! Sin embargo, tú estás tratando de destruirla. ¿Por qué quieres destruir lo que pertenece al Señor?

20. Joab le contestó:–¡Eso ni pensarlo! No es mi intención destruirla ni dejarla en ruinas.

21. No se trata de eso, sino que un hombre de los montes de Efraín, llamado Sebá, se ha levantado en armas contra el rey David. Entregádmelo a él solo, y yo me retiraré de la ciudad.–Te echaremos su cabeza desde el muro –respondió la mujer a Joab.

22. En seguida fue ella a convencer con su astucia a toda la gente de la ciudad, y le cortaron la cabeza a Sebá y se la arrojaron a Joab. Entonces Joab ordenó que tocaran retirada, y se alejaron de la ciudad, cada cual a su casa, mientras que Joab regresó a Jerusalén para hablar con el rey.

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