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2 Samuel 14:8-24 Dios Habla Hoy con Deuterocanónicos Versión Española (DHHED)

8. Entonces el rey respondió a la mujer:–Vete a tu casa, que yo voy a dar órdenes en favor tuyo.

9. La mujer le contestó:–Mi rey y señor, si alguien ha de cargar con la culpa, que seamos yo y mi familia paterna, pero no Su Majestad ni su gobierno.

10. El rey contestó:–Al que te amenace, tráemelo, y no volverá a molestarte más.

11. Pero ella insistió:–¡Ruego a Su Majestad que invoque al Señor su Dios, para que el pariente que quiera vengar la muerte de mi hijo no aumente la destrucción matándome también al otro!El rey afirmó:–¡Te juro por el Señor que no caerá al suelo ni un pelo de la cabeza de tu hijo!

12. Pero la mujer siguió diciendo:–Permita Su Majestad que esta servidora suya diga tan solo una palabra más.–Habla –dijo el rey.

13. Entonces la mujer preguntó:–¿Por qué, pues, piensa Su Majestad hacer esto mismo contra el pueblo de Dios? Según lo que Su Majestad ha dicho, resulta culpable por no dejar que regrese su hijo desterrado.

14. Es un hecho que todos tenemos que morir; somos como agua que se derrama en el suelo, que no se puede recoger. Sin embargo, Dios no quita la vida a nadie, sino que pone los medios para que el desterrado no siga alejado de él.

15. Ahora bien, si yo he venido a decir esto a Su Majestad, mi señor, es porque la gente me atemorizó. Por eso decidió esta servidora suya hablar, por si acaso Su Majestad aceptaba hacer lo que he pedido.

16. Si Su Majestad me atiende, podrá librarme de quien quiere arrancarnos, a mi hijo y a mí, de esta tierra que pertenece a Dios.

17. Esta servidora suya espera que la respuesta de Su Majestad la tranquilice, pues Su Majestad sabe distinguir entre lo bueno y lo malo, igual que un ángel de Dios. ¡Que Dios el Señor quede con Su Majestad!

18. El rey respondió a la mujer:–Te ruego que no me ocultes nada de lo que voy a preguntarte.–Hable Su Majestad –contestó la mujer.

19. Entonces el rey le preguntó:–¿No es verdad que Joab te ha metido en todo esto?La mujer le dijo:–Juro por Su Majestad que nada hay más cierto que lo que Su Majestad ha dicho. En efecto, Joab, oficial de Su Majestad, es quien me ordenó venir, y él mismo me dijo todo lo que yo tenía que decir.

20. Pero lo hizo con el deseo de que cambien las cosas. Sin embargo, Su Majestad es tan sabio que conoce como un ángel de Dios todo lo que ocurre en el país.

21. Como consecuencia de esto, el rey dijo a Joab:–Mira, ya he resuelto este asunto. Ve y haz que regrese el joven Absalón.

22. Entonces Joab se inclinó hasta tocar el suelo con la frente en señal de reverencia, bendijo al rey y le dijo:–Hoy he podido ver que cuento con el favor de Su Majestad, ya que Su Majestad ha hecho lo que este servidor suyo le sugirió hacer.

23. En seguida Joab se levantó y fue a Guesur para traer a Absalón a Jerusalén.

24. Pero el rey ordenó que se fuera directamente a su casa y no se presentara ante él; por tanto, Absalón se fue a su casa sin ver al rey.

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