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2 Samuel 13:13-28 Dios Habla Hoy con Deuterocanónicos Versión Española (DHHED)

13. ¿A dónde podría ir yo con mi vergüenza? Y por lo que a ti toca, serías considerado en Israel como un necio. Te ruego que hables con el rey, que él no se opondrá a que yo sea tuya.

14. Amnón no quiso hacerle caso, y como era más fuerte que Tamar, la forzó y se acostó con ella.

15. Pero fue tal el odio que Amnón sintió después hacia ella, que terminó aborreciéndola más de lo que la había amado. Así que le ordenó:–Levántate y vete.

16. Tamar le contestó:–¡No, hermano mío, porque el echarme ahora de aquí sería una maldad peor que la que ya has cometido conmigo!Amnón no quiso hacerle caso;

17. por el contrario, llamó a su criado y le ordenó:–¡Echa de aquí a esta mujer y luego cierra bien la puerta!

18. El criado la echó de la casa, y luego cerró la puerta. Entonces Tamar, que llevaba puesta una túnica muy elegante, ropa que acostumbraban usar las princesas solteras,

19. se echó ceniza en la cabeza, rasgó la túnica que llevaba puesta y, con las manos sobre la cabeza, se fue llorando por el camino.

20. Entonces su hermano Absalón le preguntó:–¿Así que fue tu hermano Amnón quien te hizo esto? En tal caso guarda silencio, hermana mía, pues es tu hermano. No te preocupes demasiado por este asunto.Tamar, al verse abandonada, se quedó en casa de su hermano Absalón.

21. Cuando el rey David se enteró de todo lo sucedido, se puso muy furioso; pero no reprendió a su hijo Amnón, porque, como era su primogénito, lo quería mucho.

22. Absalón, por su parte, no dijo nada a Amnón, aunque lo odiaba por haber deshonrado a su hermana Tamar.

23. Dos años después, la gente de Absalón estaba trasquilando sus ovejas en Baal-hasor, cerca del pueblo de Efraín, y Absalón invitó a comer a todos los hijos del rey.

24. Además fue a ver al rey, y le dijo:–Ahora que mis hombres están trasquilando mis ovejas, desearía que Su Majestad y sus oficiales honraran con su compañía a este siervo suyo.

25. Pero el rey le respondió:–No, hijo mío, no podemos ir todos nosotros, para no ocasionarte demasiados gastos.Y aunque Absalón insistió, el rey no quiso ir; pero le dio su bendición.

26. Entonces Absalón dijo:–Si eso no es posible, permita al menos Su Majestad que nos acompañe mi hermano Amnón.–¿Y por qué quieres que te acompañe Amnón? –preguntó el rey.

27. Pero Absalón insistió tanto, que el rey permitió que Amnón y sus demás hijos fueran con él.Absalón había preparado un banquete digno de un rey,

28. y había ordenado a sus criados: “Fijaos bien cuando a Amnón ya se le haya subido el vino, y cuando yo os diga que lo matéis, matadlo. No tengáis miedo de hacerlo, pues son órdenes mías. Así que tened ánimo y valor.”

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