11. y una vez registrada la cantidad, lo entregaban a los encargados de las obras del templo para que pagaran a los carpinteros y maestros de obras que trabajaban en el templo del Señor,
12. así como a los albañiles y canteros, y para que compraran madera y piedra de cantería para reparar el templo, y para que cubrieran los demás gastos del mismo.
13. Pero aquel dinero que se llevaba al templo del Señor no se usaba para hacer copas de plata, tenazas, tazones, trompetas u otros utensilios de oro y plata,
14. sino que era entregado a los encargados de las obras para que procedieran con él a la reparación del templo del Señor.
15. Sin embargo, no se pedían cuentas a los hombres a quienes se entregaba el dinero para pagar a los obreros, porque actuaban con honradez.
16. En cuanto al dinero de las ofrendas por la culpa y por el pecado, no se llevaba al templo, porque era para los sacerdotes.
17. En aquel tiempo, Hazael, rey de Siria, lanzó un ataque contra Gat, y la tomó, y después se dirigió contra Jerusalén.
18. Pero Joás, rey de Judá, tomó todos los objetos sagrados que habían dedicado al culto los reyes Josafat, Joram y Ocozías, antepasados suyos en el reino de Judá; tomó también los que él mismo había dedicado, más todo el oro que se encontró en los tesoros del templo y del palacio real, y todo junto lo envió a Hazael, y este detuvo entonces su ataque contra Jerusalén.
19. El resto de la historia de Joás y de todo lo que hizo está escrito en el libro de las crónicas de los reyes de Judá.
20. Sus propios oficiales tramaron un complot contra él y lo mataron en el edificio del terraplén que está en la bajada de Silá.
21. Así pues, Josacar, hijo de Simat, y Jozabad, hijo de Somer, oficiales suyos, le hirieron de muerte, y cuando murió lo enterraron en la Ciudad de David. Después reinó en su lugar su hijo Amasías.