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2 Reyes 10:14-27 Dios Habla Hoy con Deuterocanónicos Versión Española (DHHED)

14. Entonces Jehú ordenó a sus seguidores:–Atrapadlos vivos.Los seguidores de Jehú los atraparon vivos y los degollaron junto al pozo de Bet-equed de los Pastores. Eran cuarenta y dos hombres, y no dejaron a ninguno de ellos con vida.

15. Cuando Jehú se fue de allí se encontró con Jonadab, hijo de Recab, que había ido a verle. Jehú le saludó y le dijo:–¿Son buenas tus intenciones hacia mí, como lo son las mías hacia ti?–Así es –respondió Jonadab.–En ese caso, dame la mano –dijo Jehú.Jonadab le dio la mano, y Jehú le hizo subir con él a su carro,

16. diciéndole:–Acompáñame y verás mi celo por el Señor.Así pues, le llevó en su carro.

17. Y al entrar en Samaria, Jehú mató a todos los descendientes de Ahab que aún quedaban con vida. Los exterminó por completo, según el Señor se lo había anunciado a Elías.

18. Después reunió Jehú a todo el pueblo, y le dijo:–Ahab rindió un poco de culto a Baal, pero yo le voy a rendir mucho culto.

19. Por lo tanto, llamad a todos los profetas, adoradores y sacerdotes de Baal, sin que falte ninguno, porque he preparado un gran sacrificio en honor de Baal. El que falte será condenado.Pero Jehú había planeado este engaño para aniquilar a los adoradores de Baal;

20. por eso ordenó que se anunciara una fiesta solemne a Baal, y así se hizo.

21. Después envió mensajeros por todo Israel, y todos los que adoraban a Baal llegaron al templo. Ninguno de ellos faltó, de modo que el templo de Baal estaba lleno de parte a parte.

22. Jehú dijo entonces al encargado del guardarropa que sacara trajes de ceremonia para todos los adoradores de Baal, y el encargado lo hizo así.

23. A continuación, Jehú y Jonadab entraron en el templo de Baal, y Jehú dijo a los adoradores de Baal:–Procurad que no haya entre vosotros ninguno de los adoradores del Señor, sino solo adoradores de Baal.

24. Los adoradores de Baal entraron en el templo para ofrecer sacrificios y holocaustos. Mientras tanto, Jehú puso ochenta hombres fuera, y les advirtió:–Quien deje escapar a alguno de los hombres que he puesto en vuestras manos, lo pagará con su vida.

25. Y al terminar Jehú de ofrecer el holocausto, ordenó a los guardias y oficiales:–¡Entrad y matadlos! ¡Que no escape ninguno!Los hombres de Jehú los mataron a filo de espada, y luego los arrojaron de allí. Después entraron en el santuario del templo de Baal

26. y sacaron los troncos sagrados y los quemaron.

27. Derribaron también el altar y el templo de Baal, y lo convirtieron todo en un muladar que existe hasta el día de hoy.

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