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2 Crónicas 30:6-18 Dios Habla Hoy con Deuterocanónicos Versión Española (DHHED)

6. Así pues, salieron mensajeros por todo Israel y Judá con cartas del rey y de sus funcionarios, para proclamar la orden real: “Israelitas: volveos al Señor, Dios de Abraham, Isaac e Israel, y él se volverá a vosotros, al resto que ha escapado de las manos de los reyes de Asiria.

7. No seáis como vuestros antepasados y vuestros hermanos, que por ser infieles al Señor Dios de sus antepasados, él los entregó a la destrucción, como estáis viendo.

8. Por consiguiente, no seáis tercos como vuestros antepasados; extended la mano al Señor para renovar el pacto y venid a su santuario, que él ha consagrado para siempre. Servid al Señor vuestro Dios y él dejará de estar enojado con vosotros.

9. Si os volvéis al Señor, los enemigos que ahora tienen prisioneros a vuestros hermanos y a vuestros hijos tendrán compasión de ellos y los dejarán volver a este país, porque el Señor, vuestro Dios, es compasivo y misericordioso, y no os rechazará si os volvéis a él.”

10. Los mensajeros recorrieron el territorio de Efraín y Manasés, yendo de ciudad en ciudad hasta llegar a Zabulón. Pero la gente se reía y se burlaba de ellos.

11. Sin embargo, algunos hombres de las tribus de Aser, Manasés y Zabulón se humillaron ante Dios y acudieron a Jerusalén.

12. Dios también movió a la gente de Judá para que estuvieran de acuerdo en cumplir la orden del rey y de las autoridades, según lo mandado por el Señor.

13. Así pues, una multitud sumamente grande se reunió el segundo mes en Jerusalén para celebrar la fiesta de los panes sin levadura.

14. Empezaron por quitar todos los altares y lugares para quemar incienso que había en Jerusalén, y los echaron al arroyo Cedrón.

15. El día catorce del segundo mes mataron el cordero de la Pascua. Los sacerdotes y levitas, sintiendo vergüenza de sí mismos, se purificaron y llevaron al templo del Señor animales para los holocaustos.

16. Luego ocuparon sus puestos, según les está asignado en la ley de Moisés, hombre de Dios. Los sacerdotes rociaban la sangre que les entregaban los levitas.

17. Y como en la comunidad había muchos que no se habían purificado, los levitas tuvieron que matar para la Pascua los animales de todos aquellos que no se habían purificado, a fin de consagrarlos al Señor.

18. En efecto, un gran número de personas de Efraín, Manasés, Isacar y Zabulón participaron de la comida de la Pascua, aunque no conforme a lo prescrito, pues no se habían purificado. Pero Ezequías oró por ellos, diciendo: “Señor bondadoso, perdona a todos los de corazón sincero que te buscan a ti,

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