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2 Crónicas 20:15-24 Dios Habla Hoy con Deuterocanónicos Versión Española (DHHED)

15. y dijo: “Poned atención, habitantes de Judá y de Jerusalén, y tú, rey Josafat. El Señor os dice: ‘No tengáis miedo ni os asustéis ante ese gran ejército, porque esta guerra no es vuestra, sino de Dios.

16. Bajad mañana a atacarlos. Ellos subirán por la cuesta de Sis, y vosotros los encontraréis al extremo del arroyo que está frente al desierto de Jeruel.

17. No sois vosotros quienes vais a librar esta batalla. Tomad posiciones, estaos quietos y veréis cómo el Señor os librará. ¡Habitantes de Jerusalén y de todo Judá, no tengáis miedo ni os asustéis; marchad mañana contra ellos, porque el Señor está con vosotros!’ ”

18. Entonces Josafat se arrodilló y se inclinó hasta tocar el suelo con la frente, y los habitantes de Judá y Jerusalén se postraron ante el Señor para adorarlo.

19. Y los levitas descendientes de Quehat y los descendientes de Coré empezaron a alabar en voz muy alta al Señor, Dios de Israel.

20. A la mañana siguiente se levantaron temprano para ponerse en camino hacia el desierto de Tecoa. Y en el momento de salir, Josafat se puso en pie para decirles: “Escuchadme, habitantes de Jerusalén y de Judá: confiad en el Señor vuestro Dios, y os sentiréis seguros; confiad en vuestros profetas y todo os saldrá bien.”

21. Después de consultar con el pueblo, nombró algunos cantores para que, vestidos con ropas sagradas y marchando al frente de las tropas, alabaran al Señor con el himno: “Dad gracias al Señor, porque su amor es eterno.”

22. Luego, en el momento en que empezaron a cantar con alegría himnos de alabanza, el Señor creó confusión entre los amonitas, los moabitas y los de la montaña de Seír, que venían a atacar a Judá, y fueron derrotados.

23. Pues los amonitas y los moabitas atacaron a los de la montaña de Seír y los destruyeron por completo; y cuando acabaron con ellos, se destruyeron unos a otros.

24. Cuando los hombres de Judá llegaron al sitio desde donde se ve el desierto, y miraron hacia el ejército enemigo, solo vieron cadáveres tendidos en el suelo. ¡Nadie había logrado escapar!

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