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1 Samuel 23:7-23 Dios Habla Hoy con Deuterocanónicos Versión Española (DHHED)

7. Por otra parte, a Saúl le habían informado de que David estaba en Queilá, y pensó: “Dios lo ha puesto en mis manos, porque al haberse metido en la ciudad ha quedado encerrado tras sus puertas y cerrojos.”

8. En seguida, Saúl mandó llamar a todo su ejército con el fin de dirigirse a Queilá y sitiar a David y a sus hombres.

9. Pero al saber David que Saúl pensaba atacarle, ordenó al sacerdote Abiatar que le trajera el efod para consultar al Señor.

10. Y dijo David:–Señor y Dios de Israel, este siervo tuyo sabe que Saúl se propone venir a Queilá y destruirla por causa mía.

11. ¿Vendrá Saúl a buscarme, según he sabido? ¿Me entregarán a él los habitantes de Queilá? ¡Señor y Dios de Israel, este siervo tuyo te ruega que se lo digas!El Señor contestó:–Saúl vendrá.

12. Entonces David preguntó:–¿Nos entregarán los habitantes de Queilá, a mí y a mis hombres, en poder de Saúl?Y el Señor respondió:–Os entregarán.

13. Entonces David y sus hombres, que eran alrededor de seiscientos, salieron de Queilá y anduvieron sin rumbo fijo. Y cuando le llegó a Saúl la noticia de que David había escapado de Queilá, ya no hizo nada por perseguirlo.

14. Así David se quedó a vivir en unas fortalezas que había en un monte del desierto de Zif, y aunque Saúl lo buscaba todos los días, Dios no lo puso en sus manos.

15. Sin embargo, David tenía miedo de Saúl, porque este había salido con intención de matarlo. Por eso se quedó en Hores, en el desierto de Zif.

16. Un día, Jonatán, el hijo de Saúl, fue a ver a David en Hores, y a darle ánimo fortaleciendo su confianza en Dios.

17. Le dijo:–No tengas miedo, porque Saúl mi padre no podrá encontrarte. Tú llegarás a ser rey de Israel y yo seré el segundo en importancia. Esto, hasta Saúl mi padre lo sabe.

18. Entonces los dos hicieron un pacto y pusieron al Señor por testigo. Después Jonatán regresó a su casa y David se quedó en Hores.

19. Pero los habitantes de Zif fueron a Guibeá para hablar con Saúl, y le dijeron:–David está escondido en nuestro territorio, en unas fortalezas que hay en el monte de Haquilá, en Hores, al sur del desierto.

20. Por lo tanto, cuando Su Majestad guste venir, hágalo, y nosotros se lo entregaremos.

21. Saúl les contestó:–¡Que Dios os bendiga por haberos compadecido de mí!

22. Ahora os ruego que vayáis y averigüéis el lugar exacto donde se encuentra, y quién le ha visto allí, porque me han dicho que es muy astuto.

23. Fijaos bien en todos los escondites donde se mete y volved a mí con datos seguros, y entonces yo iré con vosotros. Si en verdad está en esa región, lo buscaré palmo a palmo entre todos los clanes de Judá.

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