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1 Samuel 2:3-21 Dios Habla Hoy con Deuterocanónicos Versión Española (DHHED)

3. Que nadie hable con orgulloy nadie se jacte demasiado,porque el Señor es el Dios que todo lo sabe,y él pesa y juzga lo que hace el hombre.

4. Él destruye los arcos de los poderososy reviste de poder a los débiles;

5. los que antes tenían de sobra,ahora se alquilan por un pedazo de pan;pero los que tenían hambre,ahora ya no la tienen.La mujer que no podía tener hijosha dado a luz siete veces;pero la que tenía muchos hijosestá ahora totalmente marchita.

6. El Señor quita la vida y la da;nos hace bajar al sepulcroy de él nos hace subir.

7. El Señor nos hace pobres o ricos;nos hace caer y nos levanta.

8. Dios levanta del suelo al pobrey saca del basurero al mendigo,para sentarlo entre grandes hombresy hacerle ocupar un lugar de honor;porque el Señor es el dueñode las bases de la tierra,y sobre ellas colocó el mundo.

9. Él cuida los pasos de sus fieles,pero los malvados mueren en la oscuridad,porque nadie triunfa por la fuerza.

10. El Señor hará pedazos a sus enemigos,y desde el cielo enviará truenos contra ellos.El Señor juzgará al mundo entero;dará poder al rey que ha escogidoy hará crecer su poder.”

11. Luego regresó Elcaná a su casa, en Ramá, pero el niño se quedó sirviendo al Señor bajo las órdenes del sacerdote Elí.

12. Los hijos de Elí eran unos malvados, y no les importaba el Señor

13. ni los deberes de los sacerdotes para con el pueblo; pues cuando alguien ofrecía un sacrificio, llegaba un criado del sacerdote con un tenedor en la mano y, mientras la carne estaba cociéndose,

14. metía el tenedor en el perol, en la olla, en el caldero o en la cazuela, y todo lo que sacaba con el tenedor era para el sacerdote. Así hacían con todo israelita que llegaba a Siló.

15. Además, antes de que quemaran la grasa en el altar, llegaba el criado del sacerdote y decía al que iba a ofrecer el sacrificio: “Dame carne para asársela al sacerdote; porque no te va a aceptar la carne ya cocida, sino cruda.”

16. Y si aquella persona le respondía que primero tenían que quemar la grasa, y que luego él podría tomar lo que quisiera, el criado contestaba: “¡No, me la tienes que dar ahora! De lo contrario, te la quitaré a la fuerza.”

17. Así pues, el pecado que estos jóvenes cometían ante el Señor era gravísimo, porque trataban con desprecio las ofrendas que pertenecían al Señor.

18. Mientras tanto, el joven Samuel, vestido con un efod de lino, continuaba al servicio del Señor.

19. Y cada año, cuando su madre iba al templo con su marido para ofrecer el sacrificio anual, le llevaba una capa pequeña que le había hecho.

20. Entonces Elí bendecía a Elcaná y a su esposa, diciendo: “Que el Señor te recompense dándote hijos de esta mujer a cambio del que ella le ha dedicado.” Después de esto regresaban a su hogar,

21. y el Señor bendecía a Ana, la cual quedaba embarazada. De esa manera, Ana dio a luz tres hijos y dos hijas, y el niño Samuel seguía creciendo ante el Señor.

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