18. Y como aquel día el efod de Dios se hallaba entre los israelitas, Saúl le dijo a Ahías:–Trae aquí el efod de Dios.
19. Pero mientras Saúl hablaba con el sacerdote, la confusión en el campamento filisteo iba en aumento. Entonces Saúl dijo al sacerdote:–Ya no lo traigas.
20. En seguida Saúl y todas sus tropas se reunieron y se lanzaron a la batalla. Era tal la confusión que había entre los filisteos, que acabaron matándose entre sí.
21. Además, los hebreos que desde hacía tiempo estaban con los filisteos y habían salido con ellos como parte de su ejército, se pasaron al lado de los israelitas que acompañaban a Saúl y Jonatán.
22. Y cuando los israelitas que se habían refugiado en los montes de Efraín supieron que los filisteos huían, se lanzaron a perseguirlos y a presentarles batalla.
23. El combate se extendió hasta Bet-avén, y el Señor libró a Israel en esta ocasión.
24. Sin embargo, los israelitas estaban muy agotados aquel día, pues nadie había probado alimento, porque Saúl había puesto al pueblo bajo juramento, diciendo: “Maldito aquel que coma algo antes de la tarde, antes de que yo me haya vengado de mis enemigos.”
25. Y el ejército llegó a un bosque donde había miel en el suelo.