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1 Samuel 13:8-22 Dios Habla Hoy con Deuterocanónicos Versión Española (DHHED)

8. Allí esperó Saúl siete días, según el plazo que le había indicado Samuel; pero Samuel no llegaba a Guilgal, y la gente comenzaba a irse.

9. Entonces Saúl ordenó:–Traedme animales para los holocaustos y los sacrificios de reconciliación.Y él mismo ofreció el holocausto.

10. En el momento en que Saúl acababa de ofrecer el holocausto, llegó Samuel. Entonces Saúl salió a recibirle y saludarle,

11. pero Samuel le dijo:–¿Por qué has hecho eso?Saúl respondió:–Cuando vi que la gente comenzaba a irse, que tú no llegabas en la fecha indicada y que los filisteos estaban reunidos en Micmás,

12. pensé que ellos bajarían a atacarme en Guilgal sin que yo me hubiera encomendado al Señor; por eso me vi en la necesidad de ofrecer yo mismo el holocausto.

13. Samuel le contestó:–¡Lo que has hecho es una locura! Si hubieras obedecido la orden que el Señor te dio, él habría confirmado para siempre tu reinado en Israel.

14. Pero ahora, tu reinado no permanecerá. El Señor buscará un hombre de su agrado y lo nombrará jefe de su pueblo, porque tú has desobedecido la orden que él te dio.

15. En seguida Samuel se fue de Guilgal para continuar su camino. El resto del ejército siguió a Saúl para entablar combate, y de Guilgal llegaron a Guibeá de Benjamín. Allí contó Saúl las tropas que le acompañaban, que eran unos seiscientos hombres.

16. Saúl, su hijo Jonatán y las tropas que iban con ellos se quedaron en Guibeá de Benjamín. Los filisteos, por su parte, acamparon en Micmás;

17. pero tres grupos de guerrilleros filisteos salieron de su campamento: uno se dirigió hacia Ofrá, en la región de Sual;

18. otro fue hacia Bet-horón, y el tercero hacia la colina que se eleva sobre el valle de Seboím, hacia el desierto.

19. En todo el territorio de Israel no había un solo herrero, porque los filisteos pensaban que de esa manera los hebreos no podrían fabricar espadas ni lanzas.

20. Todos los israelitas tenían que recurrir a los filisteos para afilar cada cual su reja de arado, su azadón, su hacha o su pico.

21. Se cobraban dos tercios de siclo por afilar rejas y azadones, y un tercio de siclo por afilar las hachas y arreglar las aguijadas.

22. Por esa razón, ninguno de los que acompañaban a Saúl y Jonatán tenía espada o lanza el día de la batalla. Solamente ellos dos las tenían.

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