12. Como Ana estuvo orando largo rato ante el Señor, Elí se fijó en su boca;
13. pero ella oraba mentalmente. No se escuchaba su voz; solo se movían sus labios. Elí creyó entonces que estaba borracha,
14. y le dijo:–¿Hasta cuándo vas a estar borracha? ¡Deja ya el vino!
15. –No es eso, señor –contestó Ana–. No es que haya bebido vino ni licor, sino que me siento angustiada y estoy desahogando mi pena delante del Señor.
16. No pienses que soy una mala mujer, sino que he estado orando todo este tiempo porque estoy preocupada y afligida.