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1 Reyes 8:43-57 Dios Habla Hoy con Deuterocanónicos Versión Española (DHHED)

43. escucha tú desde el cielo, desde el lugar donde habitas, y concédele todo lo que te pida, para que todas las naciones de la tierra te conozcan y te honren como lo hace tu pueblo Israel, y comprendan que tu nombre es invocado en este templo que yo te he construido.

44. “Cuando tu pueblo salga a luchar contra sus enemigos, dondequiera que tú lo envíes, si ora a ti en dirección de la ciudad que tú escogiste y del templo que yo te he construido,

45. escucha tú desde el cielo su oración y su ruego, y defiende su causa.

46. “Y cuando pequen contra ti, pues no hay nadie que no peque, y tú te enfurezcas con ellos y los entregues al enemigo para que los haga cautivos y se los lleve a su país, sea lejos o cerca;

47. si en el país adonde hayan sido desterrados se vuelven a ti y te suplican y reconocen que han pecado y hecho lo malo;

48. si se vuelven a ti con todo su corazón y toda su alma en el país enemigo adonde los hayan llevado cautivos, y oran a ti en dirección de esta tierra que diste a sus antepasados, y de la ciudad que escogiste, y del templo que te he construido,

49. escucha tú sus oraciones y súplicas desde el cielo, desde el lugar donde habitas, y defiende su causa.

50. Perdona a tu pueblo sus pecados contra ti, y todas sus rebeliones contra ti. Y concede que quienes lo desterraron tengan piedad de él.

51. Porque es tu pueblo y te pertenece; tú lo sacaste de Egipto, que era como un horno de fundición.

52. “Atiende, pues, la oración de tu servidor y la súplica de tu pueblo Israel. ¡Óyenos, oh Dios, cuando clamemos a ti!

53. Porque tú, Señor, los apartaste como propiedad tuya de entre todos los pueblos de la tierra, según dijiste por medio de tu servidor Moisés cuando sacaste de Egipto a nuestros antepasados.”

54. Cuando Salomón terminó esta oración y súplica al Señor, que hizo de rodillas delante del altar y levantando sus manos al cielo,

55. se puso de pie y bendijo a toda la comunidad israelita, diciendo en voz alta:

56. “¡Bendito sea el Señor, que ha concedido la paz a su pueblo Israel, según todo lo que ha prometido! Pues no ha dejado de cumplir ninguna de las buenas promesas que hizo por medio de su siervo Moisés.

57. “Y ahora, que el Señor nuestro Dios esté con nosotros como estuvo con nuestros antepasados. Que no nos abandone ni nos deje,

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