2. La gente, sin embargo, ofrecía sus sacrificios en los lugares altos de culto pagano, porque hasta entonces no se había construido un templo para el Señor.
3. Salomón amaba al Señor y cumplía las leyes establecidas por David, su padre, aun cuando él mismo ofrecía sacrificios e incienso en los lugares altos,
4. e incluso iba a Gabaón para ofrecer allí sacrificios, porque aquel era el lugar alto más importante; y ofrecía en aquel lugar mil holocaustos.
5. Una noche, en Gabaón, el Señor se apareció en sueños a Salomón y le dijo: “Pídeme lo que quieras, y yo te lo daré.”
6. Salomón respondió: “Tú trataste con gran bondad a mi padre, tu siervo David, pues él se condujo delante de ti con lealtad, justicia y rectitud de corazón para contigo. Por eso le trataste con tanta bondad y le concediste que un hijo suyo se sentara en su trono, como ahora ha sucedido.
7. Tú, Señor y Dios mío, me has puesto para que reine en lugar de David, mi padre, aunque yo soy un muchacho joven y sin experiencia.
8. Pero estoy al frente del pueblo que tú escogiste: un pueblo tan grande que, por su multitud, no puede contarse ni calcularse.
9. Dame, pues, un corazón atento para gobernar a tu pueblo y para distinguir entre lo bueno y lo malo; porque ¿quién hay capaz de gobernar a este pueblo tuyo tan numeroso?”
10. Al Señor le agradó que Salomón le hiciera tal petición,
11. y le dijo: “Porque me has pedido esto y no una larga vida, ni riquezas, ni la muerte de tus enemigos, sino inteligencia para saber oir y gobernar,