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1 Reyes 2:22-34 Dios Habla Hoy con Deuterocanónicos Versión Española (DHHED)

22. –¿Por qué me pides a Abisag, la sunamita, para Adonías? –respondió el rey a su madre–. ¡Solo falta que me pidas que le entregue el reino, porque es mi hermano mayor y porque tiene a su favor al sacerdote Abiatar y a Joab, el hijo de Seruiá!

23. Dicho esto, el rey Salomón juró por el Señor: “¡Que Dios me castigue con toda dureza, si esto que ha dicho Adonías no le cuesta la vida.

24. Juro por el Señor, que me ha colocado y confirmado en el trono de David mi padre y que me ha establecido una dinastía, que Adonías morirá hoy mismo!”

25. En seguida ordenó a Benaías, hijo de Joiadá que matara a Adonías, y él fue y lo mató.

26. En cuanto al sacerdote Abiatar, el rey le ordenó: “¡Vete a Anatot, a tus tierras! Mereces la muerte, pero no te mataré, porque has transportado el arca del Señor delante de David, mi padre, y has sufrido las mismas penalidades que él.”

27. De este modo, Salomón quitó a Abiatar del sacerdocio del Señor, y así se cumplió lo que el Señor había dicho en Siló en cuanto a la familia de Elí.

28. Joab se había puesto de parte de Adonías, pero no de parte de Absalón; así que Joab, cuando le llegó esta noticia, huyó al santuario del Señor y se refugió en el altar.

29. Pero informaron al rey Salomón de que Joab había huido al santuario del Señor, y que se había refugiado en el altar. Entonces Salomón mandó a Benaías, hijo de Joiadá, que fuera a matarlo,

30. y Benaías fue al santuario y dijo a Joab:–El rey ordena que salgas.Pero Joab contestó:–¡No! ¡Aquí moriré!Benaía fue al rey con la respuesta, y le contó lo que Joab le había respondido.

31. Entonces el rey contestó:–Démosle gusto. Mátalo y entiérralo, y borra de la casa de mi padre, y de mí también, la culpa de los asesinatos cometidos por Joab.

32. El Señor hará recaer sobre él la culpa de su propia muerte, porque, sin saberlo mi padre, Joab acuchilló a dos hombres más honrados y mejores que él: a Abner, hijo de Ner, jefe del ejército israelita, y a Amasá, hijo de Jéter, jefe del ejército de Judá.

33. La culpa de su muerte recaerá sobre Joab y sobre su descendencia para siempre. Por el contrario, la paz del Señor estará siempre con David y su descendencia, y con su dinastía y su trono.

34. Entonces Benaías fue y mató a Joab. Y Joab fue enterrado en su casa, en el desierto.

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