17. Algún tiempo después cayó enfermo el hijo de la viuda, y su enfermedad fue gravísima, tanto que hasta dejó de respirar.
18. Entonces la viuda dijo a Elías:–¿Qué tengo yo que ver contigo, hombre de Dios? ¿Has venido a recordarme mis pecados y a hacer que mi hijo se muera?
19. –Dame acá a tu hijo –le respondió él.Y tomándolo del regazo de la viuda, lo subió al cuarto donde él estaba alojado y lo acostó sobre su cama.
20. Luego clamó al Señor en voz alta: “Señor y Dios mío, ¿también a esta viuda, en cuya casa estoy alojado, has de causarle dolor haciendo morir a su hijo?”
21. En seguida se tendió tres veces sobre el niño y clamó al Señor en voz alta: “¡Señor y Dios mío, te ruego que devuelvas la vida a este niño!”
22. El Señor escuchó los ruegos de Elías e hizo revivir al niño.
23. En seguida, Elías tomó al niño, lo bajó de su cuarto a la planta baja de la casa y lo entregó a su madre, diciéndole:–¡Mira, tu hijo está vivo!
24. La mujer le respondió:–Ahora sé que realmente eres un hombre de Dios, y que lo que dices es la verdad del Señor.