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1 Reyes 1:19-38 Dios Habla Hoy con Deuterocanónicos Versión Española (DHHED)

19. Ha matado toros y becerros y muchas ovejas, y ha invitado a los hijos de Su Majestad; también ha invitado al sacerdote Abiatar y a Joab, general del ejército, pero no ha invitado a Salomón, servidor de Su Majestad.

20. Ahora bien, señor, todo Israel está pendiente de que Su Majestad diga quién habrá de reinar después de Su Majestad.

21. De lo contrario, cuando Su Majestad muera, mi hijo Salomón y yo seremos condenados a muerte.

22. Mientras ella hablaba con el rey, llegó el profeta Natán,

23. y se lo hicieron saber al rey. Cuando el profeta se presentó ante el rey, se inclinó ante él hasta tocar el suelo con la frente,

24. y le preguntó:–¿Ha ordenado Su Majestad que Adonías reine después de Su Majestad?

25. Porque resulta que hoy ha bajado, ha matado toros y becerros y muchas ovejas, y ha convidado a los hijos de Su Majestad, a los jefes del ejército y al sacerdote Abiatar. Y ahí están comiendo y bebiendo con él, y gritando: ‘¡Viva el rey Adonías!’

26. Sin embargo, no me han invitado a mí, ni al sacerdote Sadoc, ni a Benaías, hijo de Joiadá, ni a Salomón, hijo de Su Majestad.

27. ¿Acaso ha ordenado esto Su Majestad, sin haber informado a este siervo suyo acerca de quién ocuparía el trono después de Su Majestad?

28. El rey David ordenó entonces que llamaran a Betsabé. Al llegar Betsabé ante el rey, se quedó de pie delante de él.

29. El rey hizo entonces el siguiente juramento:–Juro por el Señor, que me ha librado de toda angustia,

30. que lo que te juré por el Señor, el Dios de Israel, te lo cumpliré hoy mismo: tu hijo Salomón subirá al trono en mi lugar y reinará después de mí.

31. Betsabé se inclinó ante el rey hasta tocar el suelo con la frente, y exclamó:–¡Viva para siempre mi señor, el rey David!

32. Luego el rey David ordenó que llamaran al sacerdote Sadoc, al profeta Natán y a Benaías, hijo de Joiadá. Cuando se presentaron ante el rey,

33. él les dijo:–Haceos acompañar de los funcionarios del reino, montad a mi hijo Salomón en mi mula y llevadle a Guihón;

34. y en cuanto el sacerdote Sadoc y el profeta Natán le consagren como rey de Israel, tocad el cuerno de carnero y gritad: ‘¡Viva el rey Salomón!’

35. Luego servidle de escolta, para que venga y se siente en mi trono y reine en mi lugar, pues he dispuesto que él sea el jefe de Israel y de Judá.

36. Benaías, el hijo de Joiadá, respondió al rey:–¡Amén, y que así lo ordene el Señor, el Dios de Su Majestad!

37. Y del mismo modo que el Señor ha estado con Su Majestad, así esté con Salomón, y haga que su reino sea mayor aún que el de Su Majestad, mi señor David.

38. Luego el sacerdote Sadoc, el profeta Natán, Benaías, hijo de Joiada, y los quereteos y los peleteos, fueron y montaron a Salomón en la mula del rey David, y le llevaron a Guihón.

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