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1 Crónicas 29:1-12 Dios Habla Hoy con Deuterocanónicos Versión Española (DHHED)

1. Después el rey David dijo a toda la asamblea: “Mi hijo Salomón, el único a quien Dios ha escogido, es un muchacho de tierna edad, mientras que la obra es enorme, porque no se trata del palacio para un hombre, sino del templo para Dios, el Señor.

2. Con todo esfuerzo he preparado lo necesario para el templo de mi Dios: oro, plata, bronce, hierro y madera respectivamente para cada cosa. Y también cornalina, piedras para engastar, mezcla, piedras para mosaico, toda clase de piedras preciosas y alabastro en abundancia.

3. Pero, además de todo lo que ya tengo preparado para el templo y por el amor que le tengo al templo de mi Dios, entrego para el templo el oro y la plata que son de mi propiedad personal:

4. cien mil kilos del oro más fino y doscientos treinta mil kilos de plata refinada para cubrir las paredes de los edificios:

5. todo el oro y la plata para hacer de uno u otro metal lo que sea necesario, y para todo trabajo que tengan que hacer los artesanos. Y ahora, ¿quién quiere contribuir voluntariamente ofreciendo un donativo para el Señor?”

6. Entonces los jefes de familia, los jefes de las tribus de Israel, los jefes de batallones y compañías, y los jefes de obras públicas del rey, ofrecieron donativos voluntarios,

7. dando para las obras del templo ciento sesenta y cinco mil kilos y diez mil monedas de oro, trescientos treinta mil kilos de plata, cerca de seiscientos mil kilos de bronce y tres millones trescientos mil kilos de hierro.

8. También los que tenían piedras preciosas las entregaron a la tesorería del templo, que estaba a cargo de Jehiel, descendiente de Guersón.

9. La gente se alegró de esta generosidad, porque habían dado estas cosas al Señor con toda sinceridad. También el rey David se puso muy contento.

10. Entonces David bendijo al Señor en presencia de toda la asamblea, diciendo: “¡Bendito seas para siempre, Señor, Dios de nuestro padre Israel!

11. ¡Tuyos son, Señor, la grandeza, el poder, la gloria, el dominio y la majestad! Porque todo lo que hay en el cielo y en la tierra es tuyo. Tuyo es también el reino, pues tú, Señor, eres superior a todos.

12. De ti vienen las riquezas y la honra. Tú lo gobiernas todo. La fuerza y el poder están en tu mano, y en tu mano está también el dar grandeza y poder a todos.

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