15. porque toda la tierra que tú ves, la daré a ti y a tu simiente para siempre.
16. Y pondré tu simiente como el polvo de la tierra; que si alguno podrá contar el polvo de la tierra, también tu simiente será contada.
17. Levántate, ve por la tierra a lo largo de ella y a su ancho; porque a ti la tengo de dar.
18. Y asentó Abram su tienda, y vino, y moró en el alcornocal de Mamre, que es en Hebrón, y edificó allí altar al SEÑOR.