13. Lo que Jesús quería darles a entender era que Lázaro había muerto, pero los discípulos entendieron que estaba descansando.
14. Por eso Jesús les explicó:—Lázaro ha muerto,
15. y me alegro de no haber estado allí, porque ahora ustedes tendrán oportunidad de confiar en mí. Vayamos a donde está él.
16. Entonces Tomás, al que llamaban el Gemelo, les dijo a los otros discípulos: «Vayamos también nosotros, para morir con Jesús.»
17-19. Como el pueblo de Betania estaba a unos tres kilómetros de la ciudad de Jerusalén, muchos de los judíos que vivían cerca de allí fueron a visitar a Marta y a María, para consolarlas por la muerte de su hermano. Cuando Jesús llegó a Betania, se enteró de que habían sepultado a Lázaro cuatro días antes.
20. Al enterarse Marta de que Jesús había llegado, salió a recibirlo, y María se quedó en la casa.
21. Entonces Marta le dijo a Jesús:—Señor, si tú hubieras estado aquí, mi hermano no habría muerto.
22. Pero a pesar de todo lo que ha pasado, Dios hará lo que tú le pidas. De eso estoy segura.
23. Jesús le contestó:—Tu hermano volverá a vivir.
24. Y Marta le dijo:—Claro que sí, cuando llegue el fin, todos los muertos volverán a vivir.