27. Mis entrañas hierven, y no reposan; días de aflicción me han sobrecogido.
28. Denegrido anduve, y no por el sol; me he levantado en la congregación, y clamé.
29. He venido a ser hermano de los dragones, y compañero de los búhos.
30. Mi piel está denegrida sobre mí, y mis huesos se secaron con ardentía.