27. y descendió lluvia, y vinieron ríos, y soplaron vientos, y dieron con ímpetu contra aquella casa; y cayó; y fue grande su ruina.
28. Y fue que, cuando Jesús hubo acabado estas palabras, la gente se maravillaba de su doctrina;
29. porque les enseñaba como quien tiene autoridad, y no como los escribas.