15. No ruego que los quites del mundo, sino que los guardes del mal.
16. No son del mundo, como tampoco yo soy del mundo.
17. Santifícalos en tu verdad: Tu palabra es verdad.
18. Como tú me enviaste al mundo, así yo los he enviado al mundo.
19. Y por ellos yo me santifico a mí mismo, para que también ellos sean santificados en la verdad.
20. Y no ruego solamente por éstos, sino también por los que han de creer en mí por la palabra de ellos.
21. Para que todos sean uno; como tú, oh Padre, en mí, y yo en ti, que también ellos sean uno en nosotros; para que el mundo crea que tú me enviaste.
22. Y la gloria que me diste, yo les he dado; para que sean uno, como nosotros somos uno.
23. Yo en ellos, y tú en mí, para que sean perfeccionados en uno; y para que el mundo conozca que tú me enviaste, y que los has amado como también a mí me has amado.
24. Padre, aquellos que me has dado, quiero que donde yo estoy, también ellos estén conmigo; para que vean mi gloria que me has dado; porque me has amado desde antes de la fundación del mundo.
25. Padre justo, el mundo no te ha conocido, pero yo te he conocido, y éstos han conocido que tú me enviaste.
26. Y yo les he dado a conocer tu nombre, y lo daré a conocer aún; para que el amor con que me has amado, esté en ellos, y yo en ellos.