2. ¡Oh, que pudiesen pesar justamente mi sufrimiento, y lo pusiesen en balanza junto con mi calamidad!
3. Porque pesarían ahora más que la arena del mar; por tanto, mis palabras han sido precipitadas.
4. Porque las saetas del Todopoderoso están en mí, cuyo veneno bebe mi espíritu; y terrores de Dios me combaten.
5. ¿Acaso gime el asno montés junto a la hierba? ¿Muge el buey junto a su pasto?
6. ¿Se comerá lo desabrido sin sal? ¿O habrá gusto en la clara del huevo?
7. Las cosas que mi alma no quería tocar, son ahora mi triste alimento.