11. ¿Cuál es mi fuerza para esperar aún? ¿Y cuál mi fin para prolongar mi vida?
12. ¿Es mi fuerza la de las piedras, o es mi carne de bronce?
13. ¿No me ayudo a mí mismo, y el poder me falta del todo?
14. El atribulado ha de ser consolado por su compañero; mas se ha abandonado el temor del Omnipotente.
15. Mis hermanos han sido traicioneros cual arroyo; pasan como corrientes impetuosas,
16. que están escondidas por la helada, y encubiertas con nieve;
17. que al tiempo del calor son deshechas, y al calentarse, desaparecen de su lugar;
18. se apartan de la senda de su rumbo, van menguando y se pierden.
19. Miraron los caminantes de Tema, los caminantes de Seba esperaron en ellas;
20. Pero fueron avergonzados por su esperanza; porque vinieron hasta ellas, y se hallaron confusos.
21. Ahora ciertamente como ellas sois vosotros; pues habéis visto mi infortunio, y teméis.
22. ¿Acaso yo os he dicho: Traedme, y pagad por mí de vuestra hacienda;
23. libradme de la mano del opresor, y redimidme del poder de los violentos?
24. Enseñadme, y yo callaré; y hacedme entender en qué he errado.
25. ¡Cuán fuertes son las palabras de rectitud! Pero, ¿qué reprende vuestra censura?
26. ¿Pensáis censurar las palabras, y los discursos de un desesperado, que son como el viento?
27. También os arrojáis sobre el huérfano, y caváis un hoyo para vuestro amigo.
28. Ahora, pues, si queréis, miradme, y ved si miento delante de vosotros.
29. Tornad ahora, y no haya iniquidad; volved aún a considerar mi justicia en esto.
30. ¿Hay iniquidad en mi lengua? ¿No puede mi paladar discernir las cosas depravadas?