36. Mas le lisonjeaban con su boca, Y con su lengua le mentían:
37. Pues sus corazones no eran rectos con él, Ni estuvieron firmes en su pacto.
38. Empero él misericordioso, perdonaba la maldad, y no los destruía: Y abundó para apartar su ira, Y no despertó todo su enojo.
39. Y acordóse que eran carne; Soplo que va y no vuelve.
40. Cuántas veces lo ensañaron en el desierto, Lo enojaron en la soledad!