56. Y se quedó María con ella como tres meses; después se volvió a su casa.
57. Cuando a Elisabet se le cumplió el tiempo de su alumbramiento, dio a luz un hijo.
58. Y cuando oyeron los vecinos y los parientes que Dios había engrandecido para con ella su misericordia, se regocijaron con ella.
59. Aconteció que al octavo día vinieron para circuncidar al niño; y le llamaban con el nombre de su padre, Zacarías;
60. pero respondiendo su madre, dijo: No; se llamará Juan.
61. Le dijeron: ¿Por qué? No hay nadie en tu parentela que se llame con ese nombre.
62. Entonces preguntaron por señas a su padre, cómo le quería llamar.
63. Y pidiendo una tablilla, escribió, diciendo: Juan es su nombre. Y todos se maravillaron.