18. Nadie os prive de vuestro premio, afectando humildad y culto a los ángeles, entremetiéndose en lo que no ha visto, vanamente hinchado por su propia mente carnal,
19. y no asiéndose de la Cabeza, de la cual todo el cuerpo, alimentado y unido por las ligaduras y coyunturas, crece con el crecimiento que da Dios.
20. Pues si habéis muerto con Cristo en cuanto a los rudimentos del mundo, ¿por qué, como si vivieseis en el mundo, os sometéis a preceptos
21. tales como: No utilices, ni comas, ni toques
22. (todas las cuales son cosas destinadas a perecer con el uso mismo), según mandamientos y doctrinas de hombres?
23. Tales cosas tienen a la verdad cierta reputación de sabiduría en el culto voluntario, y en humildad, y en el duro trato del cuerpo, pero no tienen valor alguno contra los apetitos de la carne.