34. Estabas mirando, hasta que una piedra fue cortada, no con mano, y golpeó a la imagen en sus pies de hierro y de barro cocido, y los desmenuzó.
35. Entonces fueron desmenuzados también el hierro, el barro cocido, el bronce, la plata y el oro, y fueron como el tamo de las eras del verano; y se los llevó el viento, y no se encontró rastro alguno de ellos. Pero la piedra que golpeó la imagen se convirtió en un gran monte que llenó toda la tierra.
36. Éste es el sueño; también diremos su interpretación en presencia del rey.
37. Tú, oh rey, eres rey de reyes, porque el Dios del cielo te ha dado reino, poder, y fuerza y majestad.
38. Y dondequiera que habitan hijos de hombres, bestias del campo y aves del cielo, él los ha entregado en tus manos y te ha dado dominio sobre todo; tú eres aquella cabeza de oro.
39. Y después de ti se levantará otro reino inferior al tuyo; y otro tercer reino de bronce, el cual dominará sobre toda la tierra.