1. Nosotros, colaboradores de Dios, les rogamos que no reciban su gracia en vano.
2. Porque él dice:«En el momento propicio te escuché,y en el día de salvación te ayudé.»Les digo que éste es el momento propicio de Dios; ¡hoy es el día de salvación!
3. Por nuestra parte, a nadie damos motivo alguno de tropiezo, para que no se desacredite nuestro servicio.
4. Más bien, en todo y con mucha paciencia nos acreditamos como servidores de Dios: en sufrimientos, privaciones y angustias;
5. en azotes, cárceles y tumultos; en trabajos pesados, desvelos y hambre.
6. Servimos con pureza, conocimiento, constancia y bondad; en el Espíritu Santo y en amor sincero;