3. Sin embargo, Jorán se aferró a los mismos pecados con que Jeroboán hijo de Nabat había hecho pecar a los israelitas, pues no se apartó de esos pecados.
4. Ahora bien, Mesá, rey de Moab, criaba ovejas, y como tributo anual le entregaba al rey de Israel cien mil ovejas y la lana de cien mil corderos.
5. Pero al morir Acab, el rey de Moab se rebeló contra el rey de Israel.
6. Entonces el rey Jorán salió de Samaria, movilizó a todo el ejército de Israel,
7. y le envió este mensaje a Josafat, rey de Judá:—El rey de Moab se ha rebelado contra mí. ¿Irías conmigo a pelear contra Moab?—Claro que sí —le respondió Josafat—. Estoy a tu disposición, lo mismo que mi ejército y mi caballería.
8. ¿Qué ruta tomaremos?—La ruta del desierto de Edom —contestó Jorán.
9. Fue así como los reyes de Israel, Judá y Edom se pusieron en marcha. Durante siete días anduvieron por el desierto, hasta que el ejército y los animales se quedaron sin agua.
10. —¡Ay! —exclamó el rey de Israel—. ¡El Señor ha reunido a tres reyes para entregarlos en manos de los moabitas!
11. Pero Josafat preguntó:—¿Acaso no hay aquí un profeta del Señor, para que consultemos al Señor por medio de él?Un oficial del rey de Israel contestó:—Aquí cerca está Eliseo hijo de Safat, el que servía a Elías.
12. —Pues él puede darnos palabra del Señor —comentó Josafat.Así que el rey de Israel fue a ver a Eliseo, acompañado del rey Josafat y del rey de Edom.
13. Pero Eliseo le dijo al rey de Israel:—¿Qué tengo yo que ver con usted? Váyase a consultar a los profetas de su padre y de su madre.—No —respondió el rey de Israel—, pues el Señor nos ha reunido a los tres para entregarnos en manos de los moabitas.
14. Eliseo replicó:—Le juro que si no fuera por el respeto que le tengo a Josafat, rey de Judá, ni siquiera le daría a usted la cara. ¡Tan cierto como que vive el SeñorTodopoderoso, a quien sirvo!
15. En fin, ¡que me traigan un músico!Mientras el músico tañía el arpa, la mano del Señor vino sobre Eliseo,
16. y éste dijo:—Así dice el Señor: “Abran zanjas por todo este valle,
17. pues aunque no vean viento ni lluvia —dice el Señor—, este valle se llenará de agua, de modo que podrán beber ustedes y todos sus animales.”