29. Cuando le dijeron a Salomón que Joab había huido al santuario, y que estaba junto al altar, el rey le ordenó a Benaías hijo de Joyadá que fuera a matarlo.
30. Benaías fue al santuario del Señor y le dijo a Joab:—El rey te ordena que salgas.—¡No! —respondió Joab—. ¡De aquí sólo me sacarán muerto!Benaías fue y le contó al rey lo que había dicho Joab.
31. —¡Pues dale gusto! —ordenó el rey—. ¡Mátalo y entiérralo! De ese modo me absolverás a mí y a mi familia de la sangre inocente que derramó Joab.
32. El Señor hará recaer sobre su cabeza la sangre que derramó, porque a espaldas de mi padre atacó Joab a Abner hijo de Ner, que era comandante del ejército de Israel, y a Amasá hijo de Jéter, que era comandante del ejército de Judá. Así mató a filo de espada a dos hombres que eran mejores y más justos que él.
33. ¡Que la culpa de esas muertes recaiga para siempre sobre la cabeza de Joab y de sus descendientes! ¡Pero que la paz del Señor esté por siempre con David y sus descendientes, y con su linaje y su trono!
34. Benaías hijo de Joyadá fue y mató a Joab, e hizo que lo sepultaran en su hacienda de la estepa.
35. Entonces el rey puso a Benaías hijo de Joyadá sobre el ejército en lugar de Joab, y al sacerdote Sadoc lo puso en lugar de Abiatar.
36. Luego mandó llamar a Simí y le dijo:—Constrúyete una casa en Jerusalén, y quédate allí. No salgas a ninguna parte,
37. porque el día que salgas y cruces el arroyo de Cedrón, podrás darte por muerto. Y la culpa será tuya.
38. —De acuerdo —le respondió Simí al rey—. Yo estoy para servir a Su Majestad, y acataré sus órdenes.Simí permaneció en Jerusalén por un buen tiempo,
39. pero tres años más tarde dos de sus esclavos escaparon a Gat, donde reinaba Aquis hijo de Macá. Cuando le avisaron a Simí que sus esclavos estaban en Gat,
40. aparejó su asno y se fue allá a buscarlos y traerlos de vuelta.
41. Al oír Salomón que Simí había ido de Jerusalén a Gat y había regresado,
42. lo mandó llamar y le dijo:—Yo te hice jurar por el Señor, y te advertí: “El día que salgas a cualquier lugar, podrás darte por muerto.” Y tú dijiste que estabas de acuerdo y que obedecerías.
43. ¿Por qué, pues, no cumpliste con tu juramento al Señor ni obedeciste la orden que te di?
44. El rey también le dijo a Simí:—Tú bien sabes cuánto daño le hiciste a mi padre David; ahora el Señor se vengará de ti por tu maldad.