28. Y el rey le dijo: "¿Qué te pasa?" Y ella respondió: "Esta mujer me dijo: 'Da tu hijo para que lo comamos hoy, y mi hijo lo comeremos mañana.'
29. Así que cocimos a mi hijo y nos lo comimos; y al día siguiente, le dije a ella: 'Da tu hijo, para que lo comamos'; pero ella ha escondido a su hijo."
30. Cuando el rey oyó las palabras de la mujer, rasgó sus vestidos y como él pasaba por la muralla, la gente miró, y vio que interiormente, llevaba cilicio sobre su cuerpo.