45. Pero los discípulos no entendían lo que Jesús quería decir con esto. Todavía todo estaba como nublado para ellos y no podían comprenderlo. Y no se atrevían a preguntarle.
46. Cierto día, los discípulos comenzaron a discutir acerca de quién de ellos sería el más importante.
47. Jesús sabía lo que ellos pensaban, así que tomó a un niño y lo puso junto a él.
48. Les dijo:—El que recibe a este niño en mi nombre, me recibe a mí; y el que me recibe a mí, recibe al que me envió. El que es más insignificante entre todos ustedes, ése es el más importante.
49. Juan le dijo:—Maestro, vimos a un hombre que echaba fuera demonios en tu nombre, pero como no anda con nosotros, tratamos de que no lo hiciera.
50. Jesús les respondió:—No se lo impidan, porque el que no está contra ustedes está a favor de ustedes.
51. Cuando se acercaba el tiempo de que Jesús subiera al cielo, él se hizo el firme propósito de ir a Jerusalén.
52. Envió por delante mensajeros, que fueron a un pueblo samaritano para prepararle alojamiento.
53. Pero allí no quisieron recibirlo, porque sabían que se dirigía a Jerusalén.a
54. Cuando Jacobo y Juan, sus discípulos, vieron esto, le preguntaron:—Señor, ¿quieres que mandemos que caiga fuego del cielo y los destruya?
55. Pero Jesús se volvió a ellos y los reprendió.
56. Luego siguieron su camino hacia otro pueblo.
57. Cuando iban por el camino, alguien le dijo:—Te seguiré a dondequiera que vayas.
58. Jesús le respondió:—Las zorras tienen guaridas y las aves tienen nidos, pero el Hijo del hombre no tiene ni donde recostar la cabeza.
59. En otra ocasión, a otro le dijo:—Sígueme.Él le contestó:—Señor, primero déjame ir a enterrar a mi padre.