9. ¡Cuidado, no vaya él a descubrir lo que están haciendo! O ¿piensan que pueden engañar a Dios como a los hombres?
10. No; se verán en grandes dificultades con él si con mentiras tratan de ayudarle.
11. La majestad suya, ¿no les infunde terror? ¿Cómo se atreven a proceder así?
12. Estas tremendas afirmaciones que han lanzado valen tanto como las cenizas; su defensa de Dios es tan frágil como vasija de barro.
13. »Callen ahora y déjenme hablar; yo estoy dispuesto a afrontar las consecuencias. Sí, voy a tomar mi vida en mis manos y a decir lo que realmente pienso.
15. Dios puede matarme por decirlo, y probablemente lo haga. No obstante, voy a defender mi caso con él.
16. Esto por lo menos me favorecerá: que no soy un impío, para ser rechazado instantáneamente de su presencia.
17. Escuchen atentos lo que voy a decir. Óiganme.
18. Esta es mi defensa: yo sé que soy justo.
19. ¿Quién puede presentar cargos contra mí? Si ustedes pudieran convencerme de mi error, abandonaría mi defensa y me moriría.