7. Yo los traje a tierra fructífera para que disfrutaran de su abundancia y frescura, pero ellos la convirtieron en tierra de maldad y corrupción y transformaron mi heredad en porquería.
8. Ni siquiera sus sacerdotes se preocuparon por mí, y sus jueces me echaron al olvido; sus dirigentes se volvieron contra mí, y sus profetas adoraron a Baal y derrocharon su tiempo en necedades.
9. Por eso sigo en mi pleito contra ustedes, el cual continuaré incluso contra sus descendientes en los años venideros.
10-11. Miren en torno y vean si pueden encontrar otra nación en cualquier parte del mundo que haya cambiado sus antiguos dioses por otros nuevos, aunque sus dioses nada sean. Envíen a occidente, a la isla de Chipre; envíen al oriente, a los desiertos de Cedar; vean si hay allí alguien que jamás haya oído algo tan extraño. ¡Sólo mi pueblo ha renunciado a su glorioso Dios a cambio de ídolos ridículos!
12. ¡El cielo se espanta de esa gran estupidez y retrocede horrorizado y consternado!, dice el SEÑOR.
13. Porque dos males ha cometido mi pueblo: me abandonaron a mí que soy fuente de agua viva, y han cavado para sí cisternas que no pueden ni siquiera retener agua.
14. ¿Por qué se ha convertido Israel en nación de esclavos? ¿Por qué lo conquistan y lo llevan lejos? ¿Acaso nació para eso?
15. Veo grandes ejércitos que marchan sobre Jerusalén entre grandes alaridos de guerra para destruirla y dejar en ruinas sus ciudades, incendiadas y desoladas. Le causaron tantos estragos como harían cachorros de león con sus juegos violentos.
16. Hasta los habitantes de Menfis y Tafnes participaron en la humillación y desolación contra Israel.
17. ¿No se dan cuenta aún que ustedes se han acarreado esto al rebelarse contra el SEÑOR su Dios cuando él quería guiarlos y mostrarles la forma correcta de vivir?
18. ¿Qué han ganado con sus alianzas con Egipto y Asiria?
19. Su propia maldad será su castigo. Verán lo malo y amargo que es rebelarse contra el SEÑOR su Dios, abandonándolo sin temor, dice el SEÑOR, el SEÑOR de los ejércitos.