62. y, saliendo, lloró amargamente.
63. Los hombres que custodiaban a Jesús se burlaban de él y lo golpeaban.
64. Tapándole los ojos, le decían:—¡Adivina quién te ha pegado!
65. Y proferían contra él toda clase de insultos.
66. Cuando se hizo de día, se reunieron los ancianos del pueblo, los jefes de los sacerdotes y los maestros de la ley, y llevaron a Jesús ante el Consejo Supremo.
67. Allí le preguntaron:—¿Eres tú el Mesías? ¡Dínoslo de una vez!Jesús contestó:—Aunque se lo diga a ustedes, no me van a creer;
68. y si les hago preguntas, no me van a contestar.
69. Sin embargo, desde ahora mismo, el Hijo del hombre estará sentado junto a Dios todopoderoso.
70. Todos preguntaron:—¿Así que tú eres el Hijo de Dios?Jesús respondió:—Ustedes lo dicen: yo soy.
71. Entonces ellos dijeron:—¿Para qué queremos más testigos? Nosotros mismos lo hemos oído de sus propios labios.