3. Otros se quejaban:—Hemos tenido que empeñar nuestros campos, viñas y casas para obtener cereal y combatir el hambre.
4. Y otros se lamentaban:—Hemos tenido que pedir préstamos a causa del tributo real sobre nuestros campos y viñas.
5. Somos de la misma raza que nuestros otros compatriotas y nuestros hijos son como los suyos; sin embargo, tenemos que someterlos a servidumbre. Algunas de nuestras hijas se han convertido en esclavas y no hemos podido impedirlo porque nuestros campos y viñas son de otros.
6. Al oír estas quejas y estos razonamientos me indigné sobremanera
7. y, después de reflexionar, recriminé a los nobles y a las autoridades diciéndoles:—¿Cómo es que exigís interés a vuestros hermanos?A renglón seguido convoqué contra ellos una gran asamblea
8. y les dije:—Nosotros hemos rescatado, dentro de nuestras posibilidades, a nuestros compatriotas judíos que habían sido vendidos a los paganos; ¡y ahora vosotros vendéis a vuestros compatriotas para que tengamos que volver a rescatarlos!Se callaron porque no tenían argumentos.
9. Yo entonces añadí:—No está bien lo que hacéis. ¿No deberíais más bien respetar a nuestro Dios para que no nos menosprecien los paganos, nuestros enemigos?
10. Yo, mis familiares y mis muchachos, también les hemos prestado dinero y cereal. ¡Perdonemos todos las deudas!
11. Devolvedles hoy mismo sus campos, sus viñas, sus olivares y sus casas, así como cualquier interés que hayáis podido cobrarles por el dinero, el cereal, el vino y el aceite.
12. Respondieron:—Lo devolveremos y no reclamaremos nada. Haremos como nos pides.Mandé llamar a los sacerdotes y les hice jurar que cumplirían lo prometido.
13. Sacudí mi manto y dije:—Sacuda Dios la casa y los bienes de todo aquel que no cumpla esta promesa; que se vea sacudido y despojado.—¡Amén! —respondió toda la asamblea—.Alabó entonces el pueblo al Señor y cumplió su promesa.
14. Desde el día en que fui nombrado gobernador de Judá, a saber, desde el año vigésimo al trigésimo segundo del reinado de Artajerjes, doce años en total, ni yo ni mis familiares hemos vivido a expensas de lo que corresponde al gobernador.
15. Todo lo contrario de los gobernadores que me precedieron y que abrumaron al pueblo cobrándole más de cuarenta siclos* cada día por el pan y el vino, además de que sus servidores tiranizaban al pueblo. Yo no actué de esa manera por respeto a Dios.
16. Participé en los trabajos de reconstrucción de la muralla sin adquirir campo alguno; y toda mi gente estaba también allí colaborando en la obra.
17. A mi mesa se sentaban ciento cincuenta comensales, entre judíos y autoridades, sin contar los que acudían a nosotros de las naciones de nuestro alrededor.