26. Tu cadáver servirá de pasto a las aves del cielo y a las bestias de la tierra, y no habrá quien las ahuyente.
27. El Señor te hará sufrir con úlceras como las de Egipto*, con tumores, sarna y tiña incurables.
28. El Señor también te hará padecer locura, ceguera y delirio,
29. de manera que en pleno día andarás a tientas, como el ciego en la oscuridad. Fracasarás en todo lo que hagas; día tras día serás oprimido; te robarán y nadie acudirá en tu ayuda.