30. Jezabel se enteró de que Jehú llegaba a Jezrael. Entonces se pintó los ojos, se arregló el pelo y se asomó a la ventana.
31. Cuando Jehú entraba a la ciudad, Jezabel le dijo:—¿Cómo estás, Zimrí, asesino de su señor?
32. Jehú miró a la ventana y preguntó:—A ver, ¿quién está conmigo?Se asomaron dos o tres cortesanos
33. a los que Jehú ordenó:—¡Tiradla abajo!La tiraron y su sangre salpicó sobre las paredes y los caballos, que la pisotearon.
34. Jehú entró a comer y a beber y luego ordenó:—Ocupaos de esa maldita y enterradla, pues es hija de reyes.
35. Cuando fueron a enterrarla solo encontraron su cráneo, sus pies y sus manos.
36. Volvieron a informar a Jehú, y él comentó:—Así se cumple la palabra que el Señor pronunció por medio de su siervo Elías, el de Tisbé: «Los perros devorarán el cuerpo de Jezabel en los campos de Jezrael,
37. su cadáver será como estiércol sobre el campo y nadie podrá reconocerla».