9. La mujer dijo a su marido:—Mira, creo que ese que nos visita cada vez que pasa es un profeta santo.
10. Vamos a construirle en la terraza una habitación pequeña con una cama, una mesa, una silla y un candil, para que se aloje en ella cuando venga a visitarnos.
11. Un día que Eliseo llegó allí, subió a la terraza y se acostó en la habitación.
12. Luego dijo a su criado Guejazí:—Llama a esa sunamita.Él la llamó y cuando se presentó ante él,
13. Eliseo ordenó a su criado que le dijese:—Ya que te has tomado todas estas molestias por nosotros, dinos qué podemos hacer por ti. ¿Necesitas pedir algo al rey o al jefe del ejército?Pero ella respondió:—Vivo a gusto entre mi gente.