6. pues es pasajera su ira y eterna su bondad:quien de noche se retira llorando,por la mañana es un clamor de alegría.
7. Yo, sosegado, decía: “Nunca más sucumbiré”.
8. Señor, tu ayuda me exaltó cual monte poderoso*,pero ocultaste tu rostro y sentí miedo.
9. A ti, Señor, clamo; a mi Señor suplico.
10. ¿Qué provecho hay en mi muerte,en que yo baje a la tumba?¿Podrá alabarte el polvo?¿Anunciará él tu fidelidad?
11. ¡Escucha, Señor, ten compasión de mí;Señor, ven en mi ayuda!
12. Convertiste mi llanto en danza,me despojaste del luto, me vestiste de fiesta
13. para que te cante sin callar nunca;Señor, Dios mío, te alabaré por siempre.