3. Si alguien hace una promesa al Señor o se impone con juramento una obligación a sí mismo, no quebrantará su palabra, sino que cumplirá aquello a lo que se comprometió.
4. Si una mujer, que es aún joven y reside en la casa de su padre, hace una promesa al Señor,
5. y su padre, conocedor de la promesa* y de la obligación que ha asumido, no pone objeción a ello, todas las promesas de la joven serán firmes y los compromisos que haya asumido serán válidos.
6. Pero si, al enterarse de las promesas que ha hecho y de las obligaciones que ha asumido, su padre se opone, entonces ni las promesas hechas ni las obligaciones asumidas serán firmes y el Señor no se lo tendrá en cuenta, por cuanto su padre se opuso.
7. Puede suceder que la joven se case mientras las promesas hechas y las obligaciones asumidas están vigentes;