9. Jacob respondió:— Ciento treinta años llevo de aquí para allá. Pocos y desgraciados han sido los años de mi vida, y no llegan a sumar los años que mis antepasados vivieron como inmigrantes.
10. Jacob volvió a saludar al faraón, y se retiró de su presencia.
11. José instaló a su padre y a sus hermanos dándoles terrenos en la mejor región de Egipto, en el distrito de Ramsés, tal como lo había ordenado el faraón.
12. José proporcionó alimentos a su padre, a sus hermanos y a toda su familia, según las necesidades de cada uno.
13. En ninguna parte del país había qué comer, y la carestía era tan severa que la gente, tanto en Egipto como en Canaán, se moría de hambre.
14. José, mientras tanto, iba acumulando todo el dinero que los de Egipto y los de Canaán pagaban a cambio del grano que le compraban, e ingresaba este dinero en las arcas reales.
15. Pero cuando se agotó el dinero en Egipto y Canaán, todos los egipcios fueron a decirle a José:— Danos pan. O ¿vas a permitir que muramos, porque ya no nos queda dinero?
16. José les respondió:— Si ya se os acabó el dinero, traed vuestros ganados y os los cambiaré por alimento.
17. Ellos traían el ganado a José que les daba alimento a cambio de caballos, ovejas, vacas y asnos. Durante un año les estuvo proveyendo de alimento a cambio de todo su ganado.
18. Pero pasó ese año, y al año siguiente fueron a decirle a José:— Señor, no podemos ocultarte que el dinero se nos acabó y que el ganado es ya de nuestro señor. No tenemos otra cosa que ofrecer a nuestro señor que nuestros cuerpos y nuestras tierras.
19. ¿Vas a permitir que nosotros muramos y nuestras tierras queden yermas? Cómpranos a nosotros y a nuestras tierras, a cambio de alimento. Nosotros, con nuestras tierras, seremos esclavos del faraón; pero danos semilla para que la tierra no quede desolada y nosotros podamos sobrevivir.
20. De esta manera José adquirió para el faraón todas las tierras de Egipto, pues los egipcios, obligados por el hambre, tuvieron que venderle sus tierras; y así el país pasó a ser propiedad exclusiva del faraón,
21. y todos en Egipto, de uno a otro confín, acabaron siendo esclavos.
22. Los únicos terrenos que José no compró fueron los que pertenecían a los sacerdotes, porque a ellos les había asignado el faraón una ración de alimento; y como vivían de esa asignación que les daba el faraón, no tuvieron que vender sus propiedades.
23. José dijo después al pueblo:— Hoy os he comprado a vosotros y vuestras tierras para el faraón. Aquí tenéis semilla para que sembréis las tierras;