1. Al día siguiente Labán se levantó temprano, besó a sus hijas y a sus nietos y regresó a su casa.
2. Jacob, por su parte, siguió su camino y unos ángeles de Dios salieron a su encuentro.
3. Al verlos exclamó:— Este es un lugar donde Dios acampa.Y llamó a aquel lugar Majanáin.
4. Después Jacob envió por delante unos mensajeros a su hermano Esaú, a la región de Seír, en la campiña de Edom,
5. dándoles esta orden:— Decid a mi señor Esaú. “Tu siervo Jacob nos envía a decirte: He estado viviendo hasta ahora en casa de Labán.
6. Tengo vacas, asnos, ovejas, criados y criadas. Envío este mensaje a mi señor con la esperanza de ser recibido amistosamente”.
7. Cuando los mensajeros regresaron, dijeron a Jacob:— Hemos ido adonde está tu hermano Esaú, y ahora viene a tu encuentro con cuatrocientos hombres.
8. Entonces Jacob se llenó de miedo y angustia. Dividió en dos grupos la gente que lo acompañaba, y lo mismo hizo con las ovejas, las vacas y los camellos,
9. pues pensó: “Si Esaú ataca a un grupo, el otro podrá escapar.”
10. Luego oró diciendo:— Dios de mi abuelo Abrahán y de mi padre Isaac, Señor que me dijiste: Regresa a tu tierra natal, donde están tus parientes, que yo te haré prosperar.
11. Yo no merezco el amor y la fidelidad que has tenido con este siervo tuyo. Cuando crucé este río Jordán, no tenía más que mi bastón; pero ahora puedo formar dos campamentos.
12. ¡Por favor, líbrame del poder amenazante de mi hermano Esaú! Tengo miedo de que venga y mate a mujeres y niños.
13. Has sido tú quien me dijiste que me harías prosperar y que mi descendencia sería tan numerosa como la arena de la playa, que es incontable.