1. Por aquel tiempo la región volvió a sufrir hambruna —aparte de la que había padecido anteriormente, en los días de Abrahán—. Por eso Isaac se dirigió a Guerar, donde residía Abimélec, rey de los filisteos.
2. El Señor se le apareció y le dijo:— No bajes a Egipto. Quédate en la tierra que yo te indique.
3. Reside en esta tierra y yo estaré contigo* y te bendeciré; porque a ti y a tu descendencia os he de dar todas estas tierras. Así cumpliré el juramento que le hice a tu padre Abrahán.