25. Y añadió:— En nuestra casa hay paja y forraje en abundancia, y también hay sitio para pasar la noche.
26. Entonces el hombre se arrodilló y adoró al Señor,
27. diciendo:— ¡Bendito sea el Señor, el Dios de mi amo Abrahán, que no ha dejado de manifestar con mi amo su amor y su fidelidad guiando mis pasos hasta la casa de sus parientes!
28. La muchacha corrió a casa a contárselo todo a su madre.
29-30. Rebeca tenía un hermano llamado Labán. Este, apenas vio el anillo y los brazaletes de su hermana y oyó contar todo lo que aquel hombre le había dicho a Rebeca, salió corriendo hacia la fuente en busca del hombre. Al llegar, lo encontró con sus camellos junto a la fuente.
31. Y le dijo:— Ven, bendito del Señor, no te quedes ahí fuera. Ya he preparado alojamiento y un lugar para los camellos.
32. El hombre entró en la casa. En seguida Labán desaparejó los camellos, les dio agua y forraje, y llevó agua para que el criado de Abrahán y sus acompañantes lavaran sus pies.
33. Cuando le ofrecieron de comer, el criado dijo:— No probaré bocado hasta que no diga lo que tengo que decir.Labán le dijo:— Habla.
34. Y él dijo:— Soy criado de Abrahán.
35. El Señor ha bendecido mucho a mi amo y lo ha colmado de riquezas; le ha dado ovejas y vacas, oro y plata, criados y criadas, camellos y asnos.
36. Y Sara, su mujer, siendo ya anciana, le ha dado un hijo que lo heredará todo.
37. Mi amo me hizo jurar, diciendo: “No busques esposa para mi hijo de entre las hijas de los cananeos en cuya tierra habito,
38. sino que irás a la casa de mi padre y escogerás a una que sea de mi clan”.
39. Y yo pregunté a mi amo: “¿Y si la mujer no quiere venir conmigo?”.
40. Entonces él me contestó: “Yo no me he apartado del camino del Señor. Por tanto él enviará a su ángel para que te guíe y dé éxito a tu viaje encontrando una esposa para mi hijo en casa de mi padre; una que sea de mi clan.