18. Ella respondió:- Bebe, señor mío.Y enseguida bajó su cántaro y, sosteniéndolo entre sus manos, le dio de beber.
19. Cuando el criado acabó de beber, Rebeca le dijo:— Traeré agua también para que tus camellos beban toda la que quieran.
20. Vació, pues, rápidamente su cántaro en el abrevadero, corrió a sacar más agua del pozo y trajo para todos los camellos.
21. El hombre, mientras tanto, la miraba en silencio, preguntándose si el Señor había dado o no éxito a su viaje.
22. Cuando los camellos terminaron de beber, el hombre tomó un anillo de oro que pesaba unos seis gramos, y dos brazaletes de oro que pesaban algo más de cien gramos para las muñecas de la muchacha,
23. y le dijo:— Dime de quién eres hija y si habrá sitio en la casa de tu padre para pasar la noche.
24. Ella respondió:— Soy hija de Betuel, el hijo de Milcá y de Najor.
25. Y añadió:— En nuestra casa hay paja y forraje en abundancia, y también hay sitio para pasar la noche.
26. Entonces el hombre se arrodilló y adoró al Señor,
27. diciendo:— ¡Bendito sea el Señor, el Dios de mi amo Abrahán, que no ha dejado de manifestar con mi amo su amor y su fidelidad guiando mis pasos hasta la casa de sus parientes!
28. La muchacha corrió a casa a contárselo todo a su madre.
29-30. Rebeca tenía un hermano llamado Labán. Este, apenas vio el anillo y los brazaletes de su hermana y oyó contar todo lo que aquel hombre le había dicho a Rebeca, salió corriendo hacia la fuente en busca del hombre. Al llegar, lo encontró con sus camellos junto a la fuente.
31. Y le dijo:— Ven, bendito del Señor, no te quedes ahí fuera. Ya he preparado alojamiento y un lugar para los camellos.
32. El hombre entró en la casa. En seguida Labán desaparejó los camellos, les dio agua y forraje, y llevó agua para que el criado de Abrahán y sus acompañantes lavaran sus pies.
33. Cuando le ofrecieron de comer, el criado dijo:— No probaré bocado hasta que no diga lo que tengo que decir.Labán le dijo:— Habla.
34. Y él dijo:— Soy criado de Abrahán.
35. El Señor ha bendecido mucho a mi amo y lo ha colmado de riquezas; le ha dado ovejas y vacas, oro y plata, criados y criadas, camellos y asnos.
36. Y Sara, su mujer, siendo ya anciana, le ha dado un hijo que lo heredará todo.
37. Mi amo me hizo jurar, diciendo: “No busques esposa para mi hijo de entre las hijas de los cananeos en cuya tierra habito,